miércoles, 22 de mayo de 2013

Estereotipos (No teman, es sólo un cuento!)


Camino a mi facultad hay una plaza, una plaza que a simple vista no se diferencia de otras de su mismo tamaño, hasta se podría decir que es una plaza bastante ordinaria. Por las tardes, el paisaje parece repetirse con una simetría particular: una joven paseando con su perro,  una mujer mayor tejiendo, una señora acompañando a sus pequeños hijos a los juegos infantiles, la clásica parejita a puro mimo, un torneo de ajedrez entre varones de edades varias, y el infaltable que sale a correr.
Todas las tardes, decía, paso por esta plaza, a veces paso sólo por una vereda lateral; otras veces por 2 veredas, bordeándola; algunas veces, más aventurera, elijo atravesarla, para acortar camino. Siempre el paisaje parece acompañar, pareciera cuando paso, como si pasara por delante de un cuadro en movimiento, las imágenes se repiten, aunque se mueven. Las inclemencias del tiempo no parecen hacer mella en la rutina, con sol, con frío, con lluvia, la plaza se ve rebosante de vida y de actividad. Nada parece afectarla.
Una tarde libre sin clases, me pareció la excusa ideal para ir a recorrer con mayor profundidad esta porción de bosque insertado en el medio de la ciudad. Tomé mi cartera, mi termo y mi mate, así como también mi libretita de dibujo y mi libro predilecto y me apresuré a salir. Llegué a la esquina de enfrente a la plaza, y a la distancia pude ver que la rutina seguía inmutable, imperturbable, casi perenne. Nuevamente, la señora tejiendo, la parejita, el corredor, los niños jugando, el torneo de ajedrez, la muchacha con el perro, todo funcionando como un certamen de baile, acompasado, casi hasta coordinado. Me interné en el sendero principal, caminé por caminitos más pequeños, bordeé la fuente central, me detuve frente a los juegos, observé a los niños; giré la cabeza y miré el torneo de ajedrez, qué fascinante, yo nunca pude aprender, por lo que resulta para mí un verdadero misterio cómo una persona puede recordar todas la combinaciones de movimientos posibles de una piezas y de otras. Posé mi mirada luego en la pareja, no tendrían más de 16 ó 17 años, ella usando su uniforme escolar, me recordó un poco a mí. Traté de seguir con la mirada al atleta, pero me agitaba de sólo verlo, me sorprendía que no se detuviera un instante al menos para elongar esos exigidos músculos. Luego me acerqué a la señora, para descubrir que estaba tejiendo una bufanda celeste, ¿sería para algún nietito? ¿O para algún pretendiente? Una vez me dijeron que no se debe tejer jamás para una pareja, que eso condena a la relación a una ruptura insalvable. Yo no sé tejer, así que no he podido verificar realmente esta teoría. A todo esto, el perro sigue paseando, se trata de un cocker inglés, como la de “La dama y el vagabundo”, bastante pequeñito, pero de movimientos muy serenos, no como la mayoría de los perros pequeños, que pareciera que corren para compensar sus breves extremidades.
Finalmente, decidí sentarme en un banco en el sendero central, casi frente a la alegre fuente, a unos pocos metros de la tejedora de bufandas. Una vez acomodada, saqué mi libro y empecé a leer. La sensación de leer en un lugar abierto es siempre increíble: sentir el sol en mis mejillas, la brisa en mi cabello, el sonido del agua de la fuente, el verde que se puede divisar como marco a mi libro. Leí, leí mucho, leí durante horas, leí un poco más, y seguí leyendo. Leí sin interrupción. Disfrutando a cada instante la experiencia sensorial. Cuando sentí la necesidad de detenerme, seguí leyendo. Leí otro tanto. Terminé un capítulo, y seguí leyendo. En algún momento descubrí que realmente no podía detenerme en mi acción. Efectivamente no podía parar de leer mi libro, sólo podía levantar la mirada ocasionalmente, y mirar el paisaje circundante. La plaza parecía la misma, el corredor, la señora, la muchacha y su perro, la pareja, los niños, el ajedrez. Pero entonces percibí algo más. Claramente la plaza parecía la misma, porque de hecho era siempre la misma plaza, pero descubrí otra cosa, las personas en la plaza, sus habitantes, eran también siempre los mismos, nunca había reparado en que además de la evidente rutina, estas personas parecían no hacer otra cosa más que la que habían venido a hacer. Los niños juegan y sólo juegan mientras su madre únicamente los observa, vigilante. La señora no se detiene en ningún momento a descansar o a refrescarse en su laboriosa tarea. La pareja se besa y se acaricia durante horas y horas (entiendo que eso no ha de ser tan anormal). El perro no descansa tampoco, y sigue recorriendo la plaza a la par de su dueña, también incansable. El corredor debe tener músculos de acero y unos pulmones de novela, porque nadie más podría resistir ese ritmo de ejercicio. El torneo de ajedrez no termina nunca. Nunca. Nunca.
Y ahora llegué yo, a unirme a este grupo de estereotipos. Una pieza más de la colección de esta plaza. Una lectora en un banco. Es tan cliché que hasta me avergüenza. Caí como la mejor. De todas formas, a no temer, no sufro hambre, sed, ni otras necesidades propiamente humanas. Mi único deseo es realmente el de seguir leyendo, siento que no puedo hacer otra cosa más. Siento que es mi deber, y mi tarea. Pero además, siento un terrible aburrimiento. Una vez leí que alguien había muerto de aburrimiento, pero aquí compruebo que era una falacia. Confío en que todos en esta plaza estaríamos ya en el otro mundo si esto fuera cierto.
Y sigo aquí, leyendo. Ya perdí la noción del tiempo, ya no sé si es lunes o domingo, si estuve días, semanas, meses o años simplemente leyendo mi pequeño libro. Sólo sé esto: si algún día pasas por una plaza, por más ordinaria que parezca, por favor, te pido que te detengas a observar a sus habitantes, sus estereotipos. Si ves que tienen la mirada vacía, sin sentimiento, por favor, sólo míranos. Tengo la esperanza de que algún día venga alguien a rescatarnos. A rescatarme.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Ese momento sublime...

... en el cual tachás una materia en la extensa lista que se necesita aprobar para terminar la carrera.

Historia de la Arquitectura II: see ya! Fue bueno mientras duró, pero que genial que ya se terminó!
Una materia más, una materia menos. Y unos cuantos kilómetros más cerca del título.
Un pequeño paso para la arquitectura. Un gran salto para Teli!!!
(Y una convención de clichés!! Jijijiji!)

sábado, 6 de octubre de 2012

Inspiración

Estudié medicina 1 año y medio, bioquímica 3, tuve dudas vocacionales desde 3er año del secundario, me compré una "Guía del Estudiante" (un libraco de ochocientas mil páginas) y marqué 2/3.... Me hice un test vocacional, salió arquitectura. Yo dije "no soy una persona creativa, me voy a cagar de hambre, no sé crear". Caso cerrado. Entonces investigué, visité, recorrí, consulté, charlé, pregunté... Perdí años enteros sacándome dudas y así nunca plantearme el horrible "y si hubiera...?" (odio el "what if...?").

Cuando finalmente decidí estudiar arquitectura, todavía dudaba si lo mío no era el diseño de interiores. Entonces, me puse a dibujar... Largué los cálculos matemáticos, la tabla periódica de elementos se llenó de polvo, y las redox quedaron oxidadas en algún rincón de mi cerebro atestado de información inútil. Dibujando, la gente me avaló. Es por cariño nomás, decía yo...

El año pasado, pasé el 1er cuatrimestre con promedio 9 (irónicamente, la materia con la nota más baja fue la de diseño). Algo de interés tenía creo, no? Pero en el 2do cuatrimestre, nos tocó crear... Damas y caballeros, con ustedes Moby Dick!! Pánico absoluto? Parálisis? Nada de eso. La señorita cayó la primer clase ya con dos decisiones tomadas, que además se mantuvieron firmes hasta el proyecto final y el jury mismo. Y la nota? A quién le importa la nota. Creé algo de la nada!! Mi cerebro creativo funciona!!! Bueno, sí, la nota fue 9, subí 3 puntitos... :P

Ayer, después de un año de esa situación, caí al inicio del proyecto sin nada... No se me caía una idea. Aún así, algo dibujé. Laburé sobre lo que vinimos trabajando antes y caí con algo truchísimo. El profesor lo notó y lo destacó en la clase, pero pegadito a eso, casi para que no se note, me tiró referentes, y se me ocurrió sobre qué laburar. Y me puse a dibujar de nuevo... Hoy, este mismo tipo, un arquitecto muy top que nos viene dando duro durante todo este año, mandó un mail con la clase teórica, y con una imagen. Una foto. Esta foto: 



Me voló la cabeza. Googleé. Al arquitecto de esa obra, a los que nombró ayer, a toda revista de arquitectura que se me pudiera ocurrir. Googleé a lo pavote! Y entonces, llegó. Eso que sentía que había perdido en las vacaciones de invierno quizá. O cuando este tipo nos puso a todos nivel "menos" en la última evaluación. Volvió a mí la inspiración, el deseo de crear, y saber que las ideas están a la vuelta de la esquina esperándolo a uno que simplemente tropiece con ellas.

Anyway, me voy a crear! Y a estudiar historia, que rindo final el miércoles y ni lo toqué todavía...

Happy weekend!!!

viernes, 24 de agosto de 2012

Epitafio

Ésto es para vos, Grooveshark... 

Me interrumpís en mi ritual, que incluye dibujar, maquetear, investigar (léase, googlear) y/o leer mientras trato de no desmayarme del sueño y mantenerme despierta con tu música...
Me interrumpís para decirme que se me vence mi suscripción, que tengo que pagar, y la verdad, me duele. Me duele que me digas esto, después de todo lo que pasamos juntos. 
Está bien que quizá no nos conocimos bajo las circunstancias más felices, en lo más mínimo. Pero me acompañaste en un momento muy duro... Me ayudaste a enterrar todos los muertos de mi placard, fuiste testigo de mis momentos más tristes en el último año y pico, y también conociste todas mis victorias, mis noches en vela y las recompensas que ellas trajeron...
Me viste dibujar el Atelier Ozenfant, mientras puteaba a Peperina (la gata diabólica) por caminarme sobre los calcos. Me viste armar el Refugio con forma de ojo, cuya maqueta me la hizo pasar tan mal con esa maderita balsa del ojete. Me viste crear el Jardín de Infantes Los Honguitos, con sus aulas redondas y el fuckin´ u-glass. Finalmente, me viste dar a luz al Edificio OchoCasas, sabiendo que el profesor me lo iba a criticar todo hasta en el jury mismo...
La verdad, no pensé que me ibas a salir con este domingo siete, creí que sentirías curiosidad por mi próxima creación, cómo carajo iba a desarrollar un Centro de Artes y Nuevas Tecnologías (WTF??). Ni siquiera vas a llegar a ver cómo piloteo la entrega para este martes de la Escuela en Paspels, y cómo garompa voy a hacer muros tan gruesos y las aula todas (todas!) revestidas en madera, con lo que amo la madera después del fiasco del refugio...
Ahora, después de todo lo que vivimos, es hora de despedirme, supongo que tendré que aprender a bancarme las publicidades de You Tube, y que no haya contenido disponible por mi lugar en el mundo...
En fin, me voy a seguir dibujando...
Espero que seas muy feliz de todas formas.
Saludos cordiales.

viernes, 4 de mayo de 2012

viernes, 24 de febrero de 2012

Un acifol a la derecha por favor...

Hay gente a la que la sacan de quicio los necios, los egoístas, los que viven y actúan con la seguridad de sabérselas todas, y que para peor de males el destino les termina dando la razón, o al menos logra favorecerlos lo suficiente como para continuar con esa seguridad de sabiduría.
Conozco a alguien así. Todo se hace a su manera, o no se hace. Cuando las cosas se complican, en lugar de hacer más, o ayudar a facilitar todo, simplemente se sienta, mientras se lastra un alfajor triple y dice "eso no me corresponde hacerlo". Y después, además, critica de lo lindo.
A mí a veces me saca, pero últimamente ya me causa gracia... Es genial ver cómo se va encerrando en su terquedad, y cómo es feliz con ella. Diría que es hasta fascinante.
Se rasca, juzga, toma cosas ajenas, come, grita, espía, vive constipada, miente.
Y aún así la quiero!
(Claramente, mi madre no tomó el suficiente ácido fólico para asegurarse de que yo naciera con mis capacidades mentales al máximo...)

lunes, 13 de febrero de 2012

Lo que estoy viendo VII


Yup, luego de pasar 21 días tirada en la cama, procrastinando de lo lindo, no aprendiendo a usar Autocad, y mandando currículums a lo pavote, justo el último día me vengo a enganchar con esta serie... Justo yo, que hace más de un año que no miro una sola serie de las tantas que me había acostumbrado ya a seguir (y son muchas en verdad). Justo yo, que en menos de 1 mes arranco la facu, y me quedo nuevamente sin tiempo para respirar siquiera... Justo yo, que tengo una conexión a internet tan chota, que me tarda una vida en descargar todo... Justo yo!
En fin, ya estoy por terminar la primera temporada (me quedan 3 minutos para poder empezar a descargar nomás), y no puedo esperar a ver cómo sigue! Si alguno tiene tiempo libre y lo quiere usar mirando series, ésta es una verdadera joyita. Una genialidad tras otra, y súper bien actuada!
En fin, ya arranco de nuevo. Dormiré hoy?
Jejeje...
Enjoy!